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Queridos Hermanos Capuchinos, Reciban un saludo fraterno de paz y bien con mis mejores deseos para esta Cuaresma, que sea tiempo de bendición y cambio para todos nosotros. La Cuaresma nos propone acompañar a Jesús en su camino al calvario, a sentir sus dolores y a participar de su entrega por amor al Padre y a la humanidad. Es una ocasión para renovar nuestra vida cristiana y nuestra vocación capuchina, imitando a San Francisco, que hizo de la cruz el eje de su espiritualidad. La Cuaresma también nos exhorta a la solidaridad con los más pobres y desfavorecidos, con los que padecen la violencia, la injusticia y la marginación. Como Hermanos Menores, estamos llamados a ser instrumentos de paz y de reconciliación, a ser testigos de la misericordia y la compasión de Dios, a ser profetas de la fraternidad y la esperanza. Les aliento a vivir esta Cuaresma con intensidad, con oración, con ayuno y con limosna. Que el Espíritu Santo nos ilumine y nos fortalezca para seguir a Cristo crucificado y resucitado, y para ser fieles al carisma que hemos recibido. Que la Virgen María, Madre de la Iglesia y Reina de los Ángeles, nos acompañe y nos proteja. Que San Francisco y Santa Clara intercedan por nosotros y por toda la Orden Capuchina. Aprovecho esta ocasión para felicitar a los hermanos Germán Arteaga y Rodolfo Arteaga, que hoy celebran su cumpleaños. Que el Señor les conceda muchos años de vida y de servicio en la Orden. Que sean siempre alegres y generosos en el seguimiento de Cristo pobre y humilde. Les abrazo con afecto y les bendigo en el nombre del Señor.